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Para realmente adaptarnos al cambio climático, el modelo de producción debe cambiar radicalmente: debemos dejar de fabricar y consumir de manera lineal —con productos que una vez elaborados y usados se transforman en desechos— y pasar a hacerlo de forma circular.
¿Qué significa esto? Que nada se convierta en residuo, que todo se pueda reutilizar o reciclar.
María Luisa Valenzuela, doctora en Química y directora del magíster en Economía Circular Industrial de la Universidad Autónoma, cuenta cómo desde la ciencia se está trabajando en desarrollar materiales funcionales y circulares.